Sinónimos de acostar

La libertad no necesita alas, lo que necesita es echar raíces

Aquí las compañías de seguros van a echar a más de uno... (tras un accidente).

El tiempo ha llegado a ser para mí el bien supremo. Cuando veo a los hombres pasearse, vagar o malgastar el tiempo en discusiones vanas, me dan deseos de ir a una esquina a tender la mano como un mendigo: Dadme una limosna, buenas personas; dadme un poco del tiempo que perdéis, una hora, dos horas, lo que queráis.

Podemos manejar la energía, podemos dar afecto y provocar alegría, podemos tender la mano y hacer mas liviana la carga de algunos, podemos hacer personas felices con sólo procurarlo, esta capacidad es nuestra mejor ventaja en este mundo.

Cuando los tiranos parecen besar ha Ilegado el momento de echarse a temblar.

¿Qué sentido tiene, expuestos como estamos a tan gran número de males, echarse encima voluntariamente otro más, como si no tuviéramos bastante?

Un extraño impulso me llevó a encaramarme a la amplia losa, apagar la vela y yacer dentro de la caja desocupada.

Estar alerta, he ahí la vida; yacer en la tranquilidad, he ahí la muerte.

Quien no tiene alas no debe tenderse sobre abismos.

Quien no tienen alas no debe tenderse sobre abismos

Nuestras ilusiones no tienen límites; probamos mil veces la amargura del cáliz y, sin embargo, volvemos a arrimar nuestros labios a su borde.

Es verdad que no me quiero apuntar al ejército o manejar un torno en fábricas de repuestos. De todos modos, soy miope y psicópata. América, trataré de arrimar mi hombro de maricón.

La muerte de los jóvenes constituye un naufragio. La de los viejos es un atracar en el puerto

No sé si atracar un banco o irme a desintoxicar.. ¿para qué quiero el dinero si todo me sienta mal?

No importa donde estemos, sino hacia donde avanzamos. Para arribar a puerto seguro a veces navegamos con el viento a favor y a veces en contra, pero la cuestión es navegar, no derivar sin rumbo ni permanecer anclados.

Y eché una última mirada a los hermosos pechos medio visibles, a los maravillosos hombros y a los brazos infantiles. Mientras regresaba a mi mesa sentía en lo más hondo con una sensación de victoria que, como una ola gigantesca que golpea la orilla, la felicidad crecía dentro de mí a cámara lenta a punto de arribar a mi futuro.

Es preciso recordar que siempre hay un futuro, futuro que es inexorablemente incierto. Con esto no quiero dar un mensaje de pesimismo, ni mucho menos, ya que la incertidumbre puede terminar tanto negativa como positivamente, con la ventaja de que el ser humano tiene facultades para inclinar la balanza a su favor.

Nunca un puñado de bolcheviques con lombrices había estado tan cerca de tumbar la ley endurecida que gobierna la hechura de toda mercancía.

La novela no es para tumbar gobiernos, ni para sacar a la gente de la cárcel, en lo posible es para meter al autor a la carcel, es lo que casi siempre ocurre