Sinónimos de rey

La razón es un monarca condenado a luchar de continuo con las pasiones sublevadas

La inteligencia da bondad, justicia y hermosura; como una ala, levanta el espíritu; como una corona, hace monarca al que la ostenta.

El camino voluntario y soberano hacia la alegría, si perdemos la alegría, consiste en proceder con alegría, actuar y hablar con alegría, como si esa alegría estuviera ya con nosotros.

Los hombres públicos están triplemente sometidos: al soberano de su estado, a la fama y a los negocios

Después de pesar se conoce la ligereza y el peso de las cosas, midiendo se conoce su longitud. Así es para todo. El medir nuestro pensamiento es muy importante. Pido que Su majestad considere esto.

Entre la majestad y un hombre oscuro, no hay otra diferencia que la pompa visible.

Las ecuaciones de Maxwell han tenido un impacto mayor en la historia de la humanidad que diez presidentes

Amor mío, te conocí por casualidad, te saludé por educación, te besé por atracción pero jamás pensé que tus besos serían mi mayor adicción

Vengándose, uno iguala a su enemigo; perdonando, uno se muestra superior a él.

Del Capricornio no digo nada porque me parece dignísimo merecedor del cielo por habernos hecho un beneficio tan grande al enseñarnos la receta con que pudimos vencer a Pitón, porque era preciso que los dioses se transformaran en bestias si querían salir victoriosos de aquella guerra y nos impartió doctrina haciéndonos saber que no se puede mantener superior quien no sabe hacerse bestia.

Todas las mañanas, a eso de las siete, se repite esta misma escena ante mis ojos llenos de sueño: la pelada del profesor López Aguirre me anuncia que debo levantarme. He decidido perdonarlo porque ya me llama campeón

Si nuestro país fuera derrotado, desearía que encontráramos un campeón tan indomable como el señor Hitler para restaurar nuestro coraje y conducirnos otra vez al lugar que nos corresponde entre las naciones

El príncipe puede matar un millar de dragones, pero no puede destruir castillos o destronar reyes. No va con su carácter. Es un hijo obediente que trata, ¡Ay de él!, de ser digno del hombre al que llama su padre.

La fascinación por el teatro entró en mi alma gracias a tres acontecimientos que marcaron profundamente mi alma infantil: participé en el entierro de un bombero, vi un ataque epiléptico y escuché cantar al príncipe chino.