Sinónimos de orondo

Ya que tú sola eres la que gobiernas la naturaleza de las cosas y sin ti nada emerge a las resplandecientes riberas de la luz y nada se pone contento ni amable, deseo que tú seas mi aliada para escribir estos versos, que yo intento componer acerca de la naturaleza de las cosas.

Bovarismo es no estar contento con la realidad, un anhelo de una vida construida sobre ensoñaciones

Nunca he podido trabajar en plena abstinencia, porque el cuerpo necesita sentirse satisfecho para poder dar rienda suelta a su espíritu.

Hice una alianza con Dios: que El no me mande visiones, ni sueños, ni siquiera ángeles. Estoy satisfecho con el don de las Escrituras Sagradas, que me dan instrucción abundante y todo lo que preciso conocer tanto para esta vida cuanto para lo que ha de venir.

Un hombre orgulloso rara vez es agradecido, porque piensa que todo se lo merece

Me siento como el padre del equipo Red Bull, y por eso me siento tan orgulloso de lo que estamos consiguiendo

Tejamos en el día un hueco de verdad, el libro de poemas toma apenas lo que el show o la serial y brinda todo aquello que un hombre puede dar, su lágrima, su dicha, su secreto sin horarios ni canal.

Mi vida es la música y la música soy yo, no hay hueco para ti cariño. Ya lo he dicho to'.

Sucede que la escritura se comporta de forma semejante al cuadro vuelto contra el muro, al descubrir inopinadamente, tras la oscuridad, su certeza, e incluso una sorprendente revelación o correspondencia, aunque a veces, en penosa parada, el vacío de la mente impide tornar la página para poblar el lugar predestinado.

Somos...Sí, lo mismo, con igual destino. Garúa borrosa de un día de abril. Un nido vacío y un viejo camino y un aire de ausencia muy triste y muy gris.

Hay un gran árbol; su tronco es tan grueso que sería muy difícil cortarlo. Ahí sigue al borde del camino. Los carpinteros que pasan por allí ni se dignan mirarle, pero muchos viajeros se cobijan bajo su enorme sombra. Así es el Sabio: de tan grande deviene en inútil, pero muchos se cobijan bajo sus palabras. ¿Por qué, entonces, va a ser perjudicial y malo no servir para nada?

Habla suave y lleva un grueso bastón.

¿Es ser gordo lo peor que un ser humano puede ser? ¿Es peor ser gordo que ser vengativo, envidioso, superficial, vano, aburrido o cruel? No para mí.

Ocúpate del alma, dijo el gordo vendedor de carne

–Prosiga usted –indicó el eminente médico, sin dejar de balancear una pierna ni quitarle ojo a aquel hombre que tenía ante su mesa, y el cual deseaba informarse si, desde el punto de vista clínico, existía alguna probabilidad de salvarse de la horca, por el feo y sucio delito de haberse devorado impunemente a un rollizo niño de pecho.

Todo pasa; sólo el arte robusto es eterno

Despertaré tu desánimo MC si estás hinchado como Diego Armando Cocadona

La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano.

Partición del cielo en los espacios no asequibles a los cuerpos como el ancho de una daga en el retorno en la ondanada líquida del sexo o licuación de la memoria en lo más mínimo y ahonda.

¡Por eso amamos el ajedrez! Nos gusta el juego por sus ilimitadas posibilidades, por sus intrépidos arrebatos de imaginación, por el ancho campo que ofrece para la investigación y la inventiva. Esto es por lo que decimos que el ajedrez es un arte.

Recuerdo que, a la muerte de Pío XII, nos decíamos: ¿quién podría alcanzar sus cotas de sublimidad y trascendencia? Entonces vino Juan XXIII, un anciano regordete y bajito que al sentarse mostraba los pantalones debajo de las vestiduras sagradas. ¡Y ese hombre rústico nos trajo la renovación de la Iglesia!

Consumo, sociedad de: Prodigioso envase lleno de nada. Invención de alto valor científico, que permite suprimir las necesidades reales, mediante la oportuna imposición de necesidades artificiales.

Pero en aquellos días yo iba en busca del amor, y me presenté lleno de curiosidad y de la aprensión -no reconocida por mi parte-, de que, allí, por fin, descubriría esa puerta baja escondida en el muro que otros, lo sabía, habían descubierto antes que yo, que llevaba a un jardín secreto y encantado, en alguna parte oculto, sin que ninguna ventana del corazón de aquella ciudad gris se asomara a él.