Sinónimos de altivez

Todo el orgullo de un maestro son los alumnos, la germinación de las semillas sembradas

En estas circunstancias existe un deber contra el cual se rebelan en el fondo mis hábitos y aún más el orgullo de mis instintos, a saber, el deber de decir: ¡Escuchadme, pues yo soy tal y tal. ¡Sobre todo, no me confundáis con otros!

Es mejor saber poco y entender poco, pero con humildad, que saber muchísimo, pero con soberbia

Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla.

Dios se deja conquistar por el humilde y rechaza la arrogancia del soberbio

Lo que la humildad no puede exigir de mí es mi sumisión a la arrogancia y a la rudeza de quien me falta el respeto. Lo que la humildad exige de mí, cuando no puedo reaccionar como debería a la afrenta, es enfrentarla con dignidad.

Pronto cansa la altanería de una mujer hermosa; nunca aburre la de una mujer buena.

La actitud correcta hacia el dinero es de codicioso desdén

Es curioso cómo juzgamos a los demás y no nos damos cuenta de lo miserable de nuestro desdén hasta que nos faltan, hasta que nos los quitan. Nos los quitan porque nunca han sido nuestros

Tienes la vanidad de tu talento.

La vanidad es la necedad del egoísmo, y el orgullo, la insolencia de la vanidad

La presunción de inocencia también rige para aquellos que no son Urdangarín ni Teddy Bautista

Es tan necia presunción perdonar la vida a los hombres como el corazón a las mujeres.

La modestia contribuye al progreso, y el engreimiento conduce al atraso.

La cortesía puede ser más pesada que la insolencia cuando el representante de una empresa no se permite siquiera un pequeño gesto de espontaneidad.

El ingenio es la insolencia educada.

El aeronavego astral que habitó la Tierra en la civilización caldea trajo entonces naves con formas de gigantescos peces rojos y las usó para portar humanos seres al planeta Ki En Ki. Hoy de nuevo traerá sus gigantes naves rojas para igual salvar de los tres humos a los seres terrenos y por tales al Ki En Ki. ¡Les regresará en el año 2000!

Imagínate tú que hace siglos que has muerto. No te preguntan las cosas, si pasas, quién eres. Procura un instante pensar que tus brazos no pesan. Son nada más que dos cañas, dos gotas de lluvia, dos humos calientes.

Cuántas veces ardían hogueras en el pozo de tus sueños, jaurías de tempestades que guardaron su sed bajo el humo de un arcángel, la humedad del relámpago para tu voz de fuego.

El tímpano, en general, se cura. Y si queda algún orificio, aunque uno se quede un poco sordo, siempre puede expulsar el humo del tabaco por el oído en cuestión, lo que constituye un éxito social

El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.

Es tirano fuero injusto

Tomad las riendas del imperio vuestro y dad materia á nuevo y mayor canto: y empiecen á sentir el duro peso (que por el mundo todo cause espanto) de ejércitos y hazañas singulares, de África tierras y de oriente mares.

Chile le cuesta al imperio la flor de mis guzmanes.

Cuando estuve encarcelado, comprendí otra cosa: que se puede tener a un solo hombre por todo auditorio y, a través de él, hablar a toda la humanidad. Sin gritar: en voz baja, con una entonación muy de charla, muy íntima.

Sonaba tan real, tan cercano. Sólo cuando desaprobaba mi conducta, como ahora, emergía el verdadero recuerdo de su voz, la textura aterciopelada y la entonación musical que la convertían en el más perfecto de los sonidos.

Mi ego sólo necesita una buena sección rítmica.

Voy a gastar mi dinero en regalos, quiero dar vacaciones a mi ego y liberar al caos, no guardare ni un duro para el cementerio...

En la risa hay siempre una especie de alegría que es incompatible con el desprecio o la indignación.

Cuando sobre los hombros de una clase productora, pesa la más dura opresión económica, se agrega aún el desprecio y el odio de que es víctima como raza, no falta más que una comprensión sencilla y clara de la situación, para que esta masa se levante como un solo hombre y arroje todas las formas de explotación.