Sinónimos de alcohol

Una copa de buen licor pondrá fin a una contienda más rápido que la justicia, el juez o el vicario

Los labios que tocan licor no deben tocar los míos.

Y con respecto a las multitudes, ¿no consiste la templanza principalmente en obedecer a los que mandan y mandar ellos, en cambio, en sus apetitos de comida, bebida y placeres amorosos?

¿Sabéis cuál es el botón que ha desaparecido del volante de Raikkonen? El de la bebida

El primer trago da salud, el segundo placer, el tercero vergüenza, y el cuarto locura.

Se necesita sólo un trago para emborracharme. El problema es, no puedo recordar si es el décimotercero o el décimocuarto

A veces la soledad actúa en mi, como detonante de una ola de creatividad - te bebes otra copa de vino y te sientes aún peor. El arte no puede existir sin el dolor, y el arte existe para poder lidiar la pena.

Sostener la copa del Mundo en mis manos es uno de los momentos más increíbles de mi vida

Me pregunto si te acuerdas de la historia que nos leyó mamá la primera noche que Sebastian se emborrachó...; quiero decir la noche mala. El padre Brown dijo algo así como le cogí (al ladrón) con un anzuelo y una caña invisibles, lo bastante largos como para dejarle caminar hasta el fin del mundo y hacerle regresar con un tirón del hilo.

Sin la artesanía, la inspiración es una mera caña sacudida por el viento.

¿Sabéis cuál es el botón que ha desaparecido del volante de Raikkonen? El de la bebida

La bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre; pero el oro no apaga jamás la avaricia.

Se necesita sólo un trago para emborracharme. El problema es, no puedo recordar si es el décimotercero o el décimocuarto

Ya me lo advirtieron relajate y mete el freno, y yo ke no necesito un trago estoy enfermo

El optimista ve la copa medio llena. El pesimista la ve medio vacía. El borracho la ve doble.

De la copa Inca a esta copa Caribeña que se nos viene, está garantizado el espectáculo dentro y fuera de la cancha...

Me pregunto si te acuerdas de la historia que nos leyó mamá la primera noche que Sebastian se emborrachó...; quiero decir la noche mala. El padre Brown dijo algo así como le cogí (al ladrón) con un anzuelo y una caña invisibles, lo bastante largos como para dejarle caminar hasta el fin del mundo y hacerle regresar con un tirón del hilo.

El gobernante es, por lo común -salvo aquellos excepcionalísimos que aparecen nimbados por la aureola de la historia y que son en número muy reducido-, un hombre débil, entregado al oleaje de las pasiones populares, y muchas veces sin fortaleza para empuñar firmemente la caña del timón y conducir la nave al puerto de salvación.