Sinónimos de aborrecible

¿La mujer más repugnante que conocí? Pamela Des Barres, con el detalle de que las mujeres no son repugnante; ella es un hombre

La vida no es más que esta repugnante experiencia donde la personalidad se rompe.

Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos.

Mientras que nosotros tenemos aspecto de promesa, de obra comenzada, de esbozo. Como animal, es detestable el hombre. El remordimiento comprueba que somos futuros diosecitos, o sea, herederos del reino.

El suicidio no es abominable porque Dios lo prohíba; Dios lo prohíbe porque es abominable.

El odio es la cadena más abominable con la que una persona puede obligar a otras.

Imposible dar gusto a todos. La nieve que para mí es la diosa, la novia, Astarté, Diana, la eterna muchacha, para otros es la enemiga, la bruja, la condenable a la hoguera.

... encuentro que el género humano es execrable en general y los hombres, por su orgullo y desmedida ambición, en particular.

¡Cielos! –me decía–, ¿Es posible que esos dos seres tan amables y amantes no sean más que dos duendes, acostumbrados a encarnarse en toda suerte de formas para burlar a los mortales? ¿Es posible que no sean más que dos brujas o, cosa más execrable aún, dos vampiros a quienes les está permitido animar los cuerpos odiosos de los ahorcados del valle?

Aunque manida, es una observación certera que los ejemplos tienen más fuerza que los preceptos: y si esto es exacto en lo odioso y censurable, todavía lo es más si nos referimos a lo agradable y digno de alabanza.

Hermana Eloísa, la dialéctica me ha hecho odioso al mundo.

Evaluar y prepararse a celebrar lo que se puede conseguir antes de hacerlo es un ejercicio estéril, antipático e innecesario que nunca presagia cosas buenas. Lo ideal es estar llenos de expectativas e ilusión, pero no evaluar lo que haría si, sino hacerlo después.

E incluso si tu enemigo sufriera como deseas, ¿Cómo te beneficiaría a ti? Si me respondes: por lo menos, me sentiría satisfecho, ¿Existe, acaso, mente más infame que esta?

Artículo tercero. — El lugar maldito en que el cristianismo ha incubado sus huevos de basilisco será arrasado, y, como lugar infame de la tierra, constituirá el terror de toda la posteridad. En él se criarán serpientes venenosas.

El lujo es dañoso porque multiplica las necesidades de la vida, emplea el entendimiento humano en cosas frívolas y dorando los vicios hace despreciable la virtud, que es la única que produce los verdaderos bienes y gustos

La muchedumbre es juez despreciable

Lo atroz es no querer saber quién eres, agua pasada, tierra quemada

Su solo recuerdo la horrorizaba, como algo atroz que la hubieran obligado a cometer.

Hay algo reprobable en mostrarse demasiado cariñoso cuando uno se va, como para que lo echen de menos

No avergonzarse de querer aprender las cosas que no sabes: saber algo es loable, reprobable no querer aprender

Seré un pésimo padre. Le daré todos los caprichos, todos

El dinero es un buen sirviente, pero un pésimo maestro

Y ahora Harry, adentrémonos en la noche y prosigamos esta peligrosa e indeseable aventura.

Lo hermoso, que quizás es inseparable del arte, no está después de todo vinculada a este asunto, sino a la representación pictórica. De esta manera y en ningún otro arte se superar lo feo evitándolo.

–Prosiga usted –indicó el eminente médico, sin dejar de balancear una pierna ni quitarle ojo a aquel hombre que tenía ante su mesa, y el cual deseaba informarse si, desde el punto de vista clínico, existía alguna probabilidad de salvarse de la horca, por el feo y sucio delito de haberse devorado impunemente a un rollizo niño de pecho.

Artículo tercero. — El lugar maldito en que el cristianismo ha incubado sus huevos de basilisco será arrasado, y, como lugar infame de la tierra, constituirá el terror de toda la posteridad. En él se criarán serpientes venenosas.

El amor es un maldito fastidio, especialmente cuando también está unido a la lujuria.