Sinónimos de sonar

Muevan su cuerpo levemente hacia adelante para apoyar la guitarra contra su pecho, la poesía de la música debe resonar en su corazón.

La crítica que más me hiere es aquella que hace resonar mi propia condenación.

A cada rato uno naufraga en lagunas educacionales. Cuando hay que detener un taxi uno piensa por qué diablos no enseñan a silbar desde el primer grado. O a desgrasar ollas, salir de un ascensor atascado, cambiar un caucho o llenar un formulario.

A cada rato uno naufraga en lagunas educacionales. Cuando hay que detener un taxi uno piensa por qué diablos no enseñan a silbar desde el primer grado. O a desengrasar ollas, salir de un ascensor atascado, cambiar un caucho o llenar un formulario.

Bendito el corazón que se puede doblar porque nunca se romperá

¡No me diga que va a barrer, Pereyra! ¡La última tarea doméstica que hizo jué doblar una servilleta!

Oigo pegando mis oídos al mapa vivo de tu suelo que llevo aquí, aquí en las manos, repicar todas tus campanas, parpadear todas tus estrellas.

No se puede repicar y andar en la procesión.

Yo confío en la multitud. Hoy, mañana y pasado, esa multitud que sufre el suplicio, que lo sufre en silencio, sabrá desperezarse y para ese día, ¡oh bellacos!, será el crujir de dientes.

Antes de tragarla el agua de la vertiente hizo crujir mis dientes.

En el mundo hay muchísimas Beth, tímidas y tranquilas, sentadas en rincones hasta que alguien las necesita y que viven para los demás tan alegremente, que nadie se da cuenta de los sacrificios que hacen hasta que el grillo del hogar cesa de chirriar y desaparece el dulce rayo de sol, dejando atrás silencio y sombra.

No reducirse a una obra; sólo hay que decir algo que pueda susurrarse al oído de un borracho o de un moribundo.

Es más sabio el amor cuando amanece, cuando ya empieza a oírse la mañana, por el camino largo, desierto de tu piel...

Los hombres gritan para no oírse

Recuerdo vivamente mi primera lección con Enescu. Mi madre me llevó a su casa y esperamos en el salón, al poco rato apareció el maestro con su violín y comenzó a tocar una Partita de Johann Sebastian Bach. Ahí verdaderamente comenzó mi amor por el instrumento.

Algunas veces debes tocar por mucho tiempo para ser capaz de tocar como vos mismo.

Algunos buscan el placer en el dolor; y otros no pueden limpiarse sino con suciedad.

Los hombres intentan purificarse manchándose de sangre. Es como si, después de haberse manchado con barro, quisieran limpiarse con barro.

Cuando el pecho aprieta a más no poder, canta, cantar hace bien.

Quiero cantar desde que tengo memoria