Sinónimos de refinamiento

El militar es una planta a la que hay que cuidar con esmero para que no dé sus frutos.

Jaime, mi padre, antes de calmarse y abrir su tienda Casa Ukrania, había trabajado como artista de circo. (...) Podría pensarse que en mi infancia fui más influido por Jaime que por Sara, mi madre. Sin embargo, no es así. Si la severidad era la base de la educación que yo debía recibir, por ser hombre y no mujer, mi madre se esmeró en aplicarla.

Cuando la vida nos es demasiado fácil, debemos tener cuidado o quizá no estemos preparados para afrontar los golpes que tarde o temprano nos han de llegar. Seamos ricos o pobres.

¿Qué es el arte? Si lo supiera, tendría buen cuidado de no revelarlo.

La musicalidad de la poesía mexicana es de una gran finura y es inútil buscar latitudes sinfónicas en ella, sino más bien música de cámara

Siempre me ha sorprendido la escasa finura de mis contemporáneos, a mí, cuya alma se retorcía de la mañana a la noche tan sólo para encontrarse.

La auténtica obra de arte no es más que una sombra de la perfección divina

La amistad es el más alto grado de perfección de la sociedad.

Los Líderes de excelencia saben que poseen el más valioso de todos los maestros dentro de ellos mismos y están conscientes que Nadie puede dar lo que no posee, y cumplen con una premisa fundamental en el arte de dirigir jamás pedir a un subordinado lo que ellos mismos no son capaces de hacer, manejan una atención consciente de cada una de sus acciones y son los más exigentes con ellos mismos.

Mi espada guarda las puertas de la capital y mi honor responde de su seguridad. Vuestra excelencia hará lo que pueda, yo lo que deba.

Hay secretos que se guardan por delicadeza más que por engañar.

Amor mío, no sé cómo decirte que la vida se ofrece ahora ante nosotros como una interminable tarde de estío, una de estas tardes de Italia, con esa especie de flotante neblina dorada y las sombras que comienzan a invadirlo todo con la divina delicadeza del aire y del paisaje que tanto he amado toda mi vida, y que ahora tú comienzas a amar igualmente.

Ante la exquisitez del idioma francés, es comprensible la atracción que ejerce la palabra merde.

Cuando la parálisis de la masculinidad es más intensa, el sadismo (el uso de la fuerza) se convierte en el principal (y perverso) sustituto de la masculinidad. Si la sexualidad femenina está debilitada o pervertida, se transforma en masoquismo o posesividad.

Para purgarse de la propia infelicidad, el público se convierte en un espectador sediento de sangre, y cada uno saca de la violencia el bálsamo de la piedad, la atracción del sadismo o el remedio del dolor.

Cuanto más siniestros son los designios de un político, más estentórea se hace la nobleza de su lenguaje

La verdadera nobleza es caminar toda la vida con pasos que salen del corazón; que tus actos estén de acuerdo con tus ideas, aunque el precio sea alto.

No hagas estima de ti por tu apersonamiento físico o los bienes que la fortuna te deparó, sino por tu prestancia moral o los bienes del alma.

Es el cínico el que bajo la pretensión de decir la verdad en todas partes y en todos los tiempos y a todo hombre de igual manera, el que hace gala de la verdad como de una imagen muerta, de un ídolo. Dándose la aureola de fanático de la verdad, que no puede tener consideración de la debilidad humana, destruye la verdad viva entre los hombres.

El eterno rival hará gala de su institución, de su nombre, de su historia, y luchará hasta el final, porque siempre ha sido así, y ha conseguido hacer de eso un gran virtud

Antes y después de la civilización, cuando se tiene o ya no se tiene el gusto por los goces intelectuales, se busca la representación de objetos sensibles: los pueblos empiezan y terminan con gladiadores y marionetas: los niños y los viejos son pueriles y crueles.

Una mente que se ha embebido alguna vez del gusto por la investigación científica, y ha aprendido el hábito de aplicar fácilmente sus principios a las cosas que ocurren, tiene dentro de sí mismo una fuente inagotable de contemplación pura y emocionante

¡Cuán necio había sido su intento! Había tratado de construir un dique de orden y elegancia contra la sórdida marea de la vida que le rodeaba.

La elegancia es inferior a la virtud.

Su elegante distinción era evidente. Flotaba en el aire una densa fragancia de incienso, y el frufrú de las sedas reflejaba una riqueza ostentosa, pues era aquélla una casa donde se prefería la exhibición de lo que estaba de moda al atractivo más profundo de un discreto buen gusto.

Me sorprenden las discrepancias en el mundo del periodismo sobre lo que realmente ocurre, porque hace a lo mejor cinco o diez años sí podía ser cierta esa visión de una arquitectura más conceptual, pero hoy en día esta distinción es totalmente irrelevante.