Sinónimos de posteridad

No confíes en el futuro por más placentero que sea. Deja que el tiempo pasado entierre a sus muertos. Actúa en el presente. Recuerda que si tú te ayudas, Dios te ayudará.

Su entusiasmo, su intensidad, la fe en usted mismo, la paciencia con usted mismo y con otros, y la emoción infantil acerca de su futuro ilimitado es el resultado de una simple palabra: actitud.

Cuando abro cada mañana la ventana de mi cuarto es como si abriese el mismo libro en una nueva página...

Nunca dejes algo para hacerlo mañana o pasado mañana

Cuando decimos que todo tiempo pasado fue mejor, condenamos el porvenir sin conocerlo

Mi conturbado espíritu se regocija con la visión de un porvenir en que no habrá un sólo hombre que diga tengo hambre, en que no haya quien diga no sé lee, en que en la tierra no se oiga más el chirrido de cadenas y cerrojos.

No podrá emprenderse nunca un proceso de paz si no madura en los hombres una actitud de perdón sincero. Sin este perdón, las heridas continuarán sangrando, alimentando en las generaciones futuras un hastío sin fin, que es fuente de venganza y causa de nuevas ruinas. El perdón ofrecido y aceptado es premisa indispensable para caminar hacia una paz auténtica y estable.

Lograr que las generaciones futuras sean más felices que la nuestra, será el premio más grande a que pueda aspirarse. No habrá valor comparable al cumplimiento de esa gran misión, que consiste en preparar para la humanidad futura un mundo mejor.

Martínez de Hoz modificó la Ley de Arrendamientos y aparcerías rurales cuando estuvo al frente del Ministerio de Economía (1976/80). Permitió el surgimiento de formas de explotación especulativa, fondos de siembra que hoy se dedican a cultivar maíz, soja y mañana a cualquier otra actividad.

El que se entrega al mal por el mal mismo no actúa por debilidad, sino por fuerza; y de ese modo no lamenta por la mañana los excesos cometidos la noche anterior, sino que se felicita por haberlos cometido. En esta dirección se halla la felicidad, no cabe la menor duda.

La lucha que libramos acrisola y modela el porvenir

Nada amo tanto como lo imprevisto. Una gitana en Budapest me leyó el porvenir en las líneas de la mano.

No podrá emprenderse nunca un proceso de paz si no madura en los hombres una actitud de perdón sincero. Sin este perdón, las heridas continuarán sangrando, alimentando en las generaciones futuras un hastío sin fin, que es fuente de venganza y causa de nuevas ruinas. El perdón ofrecido y aceptado es premisa indispensable para caminar hacia una paz auténtica y estable.

Pido a las generaciones futuras que algún día reivindiquen mi nombre, ya que muero como un bandido en tierra extraña.