Sinónimos de oficiar

Quien no pueda comunicarse consigo mismo tampoco podrá comunicar con sus semejantes.

Lo terrible es que para establecer un contacto, si quieres comunicar con los demás, tienes que inventar como una especie de personaje que se comunica, que no es el mismo que está metido dentro de ti y por ahí empiezas a creer más en el personaje, te olvidas de la persona y crees en el personaje. Pero muchas veces es simplemente esa necesidad de comunicarse con el medio...

Juntar las manos para rezar bien está. Abrirlas para dar es mucho mejor

Tenía ganas de rezar o algo así, pero no pude hacerlo. Nunca puedo rezar cuando quiero. En primer lugar porque soy un poco ateo. Jesucristo me cae bien, pero con el resto de la Biblia no puedo.

Evaluar y prepararse a celebrar lo que se puede conseguir antes de hacerlo es un ejercicio estéril, antipático e innecesario que nunca presagia cosas buenas. Lo ideal es estar llenos de expectativas e ilusión, pero no evaluar lo que haría si, sino hacerlo después.

Quisiera ay tantas cosas más quisiera. Revelar tus ojos, celebrar tu nombre y salir contigo disfrazado de horizonte.

Yo no tengo una voz bonita. Yo no sé cantar bonito, y además no quiero.

Sera de inconscientes que a nosotras jamas se nos paso por la cabeza ningún tipo de censura, pero nada. Nunca nos imaginamos que a alguien se le iba a ocurrir censurarnos porque vamos a cantar Mujer contra Mujerque es una historia de amor entre dos mujeres. O que es como un tercero la ve, porque no es una historia de amor, la letra habla de como un tercero, de afuera, ve esa relación. En absoluto.

La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido

Mi afán al escribir era intentar comunicar a dos personas, emplear la pluma como elemento de comunicación con otros, y creo que esto se establece con una novela o con un poema

Un día dejaremos de rezar y nos pondremos a vomitar flores

Era el hijo menor, y la tradición familiar mandaba a los hijos menores a una iglesia u otra, donde no pudieran hacer mucho daño en el aspecto físico. Pero el exceso de lectura se había cobrado su precio. William descubrió que ahora rezar le parecía una forma sofisticada de suplicarle a las tormentas.

El niño tiene cien lenguajes, cien manos, cien pensamientos, cien formas de pensar, de jugar y de hablar, cien siempre cien formas de escuchar, de sorprender, de amar, cien alegrías para cantar y entender.

Un consejo, señor, no se acerque nunca al lago... Y sobre todo, tápese los oídos si oye cantar la voz bajo el agua... la voz de la sirena.