Sinónimos de ocupación

El camino estaba congelado. La aldea estaba en silencio, inmóvil bajo el cielo estrellado. Komako alzó los faldones de su kimono y los acomodó en el obi. La luna parecía cortada a cuchillo contra el hielo espectralmente azul.

Cuando leo, acomodo: no sólo acomodo el cristalino de mis ojos sino también el de mi intelecto, para captar el buen nivel de significación (el que me conviene a mí).

La maternidad es la más importante de todas las profesiones. Exige más conocimientos que cualquier otro asunto relacionado con el hombre.

Siempre he acariciado la idea de un poema seguido, sin asunto concreto, sostenido sólo por la sorpresa, el ritmo, el hallazgo, la luz, la ilusión sucesivas, es decir, por sus elementos intrínsecos, por su esencia.

Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro.

El espectador se ha convertido en protagonista hasta el punto de que es imposible decir si la obra de arte se crea cuando sale de las manos del autor o cuando entra en la cabeza del espectador.

Los ganadores ven los problemas como otra manera de probarse a si mismos. Los problemas nunca son verdaderos impedimentos y si usted no tiene ningún problema, entonces es que no tiene ningún negocio que dirigir

La guerra es un negocio en que suelen ganar los príncipes, pero en que siempre pierde el pueblo.

Hay que suponer que Gil Robles no estará en el ministerio de la Guerra precisamente para democratizar el ejército sino para preparar el golpe militar que entronice la dictadura terrorista y sangrienta del fascismo.

Lo que quiero sobre todo es destruir la idea de la cultura. La cultura es una coartada del imperialismo. Hay un ministerio de Guerra. Hay un ministerio de Cultura. Por lo tanto, la cultura es la guerra.

Lo que me interesa es la conquista del miedo, su ocultamiento y la huída de él, enfrentarse con el miedo, exorcizarlo, avergonzarse de él, por último, tener miedo de tener miedo.

Con la ayuda del cielo, he conquistado para vosotros un gran imperio. Pero mi vida fue demasiado corta para lograr la conquista del mundo. Esa tarea queda para vosotros

En el amor es lo mismo que en la guerra; plaza que parlamenta está medio conquistada

He dicho alguna vez, con escándalo acaso de ciertos pedantes, que la verdadera universidad popular española han sido el café y la plaza pública.

¿Asistimos a una invasión de odio, de violencia? Venzámosla con una invasión de amor

Si, si siento que he hecho las cosas como son, más bien tengo es una invasión por lo menos en el sentido que todo el mundo se da de cuenta de lo que uno va a hacer, y entonces eso se llena por dentro, se llena en el espíritu, por donde quiera, por todas partes, hablan...

Para el cristiano el comienzo del día no debe estar sobrecargado ni obstaculizado por los quehaceres múltiples que le esperan. Cada día que comienza está sometido al Señor que lo creó.

Unos dicen que aquí, otros dicen que allá y sólo quiero decir, sólo quiero cantar, y no importa que luego me suspendan la función

Una crítica política abierta a todas las corrientes ideológicas, sin censuras ni conveniencias, puede ser un factor de garantía de reformas progresistas, de evolución conveniente, sin choques tempestuosos ni irresponsables vehemencias. Alcanzar esa función es la más noble aspiración del periodismo político.

¿Ve usted aquellos hombres que descargan carbón? Yo también lo hice. Yo también descargué carbón de los barcos anclados en La Boca. Mis hombros saben cómo los encorva aquella faena prolongada bajo un sol calcinante. Eso era trabajar para poder trabajar más; me empleaba como descargador una semana para poder pintar la semana subsiguiente.

Entrometerse en el desatino del hombre es siempre una faena muy ingrata.

Mi trabajo es a dedicación plena

Yo no tengo ídolos. Tengo admiración por el trabajo, la dedicación y la competencia.

No es necesario, para hacer desistir a quien contradice, contradecirlo a su vez; es menester instruirlo, porque no se remedia a un loco montando en furor como él.

Es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo.

Aquello que sale del corazón lleva el matiz y el calor de su lugar de origen.

Lo que veo venir es un matadero gigantesco, un Auschwitz molecular, en el que en lugar de dientes de oro se extraerán las enzimas, las hormonas y todas las cosas que se consideren valiosas