Sinónimos de atisbo

La señal de una inteligencia de primer orden es la capacidad de tener dos ideas opuestas presentes en el espíritu al mismo tiempo y, a pesar de ello, no dejar de funcionar.

La naturaleza sin la señal de la mano del hombre es más sublime

La lengua maldiciente es indicio de mal corazón.

Las honestas palabras nos dan un claro indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.

El que sospecha invita a traicionar.

Auto respeto— El sentimiento de seguridad de que nadie, hasta ahora, sospecha nada

La edad de oro de Bruguera se empezó a vislumbrar cuando se empezó a publicar Mortadelo, fue subiendo con Mortadelo y llegó al súmmun con Mortadelo.

El hecho de que aceptaras a mujeres en Carcavelos, advirtiendo que me acostaba con ellas y sin hablar de eso, sin hablar nunca de eso a pesar de que eso te angustiaba, irritada contigo porque eras incapaz de vislumbrar que era a ti a quien necesitaba, que estar con ellas era una forma de serte fiel, de gritarte - Te amo.

Ningún descubrimiento se hizo nunca sin una conjetura audaz

A los viejos les espera la muerte a la puerta de su casa; a los jóvenes les espera al acecho

La flecha de mi vida ha clavado sus rumbos en tu pecho y esquivo entre tus brazos el acecho de las cien rutas que mi paso olvida.

La delincuencia, con los agentes ocultos que procura, pero también con el rastrillado generalizado que autoriza, constituye un medio de vigilancia perpetua sobre la población: un aparato que permite controlar, a través de los propios delincuentes, todo el campo social.

La vigilancia y la lucidez son los senderos de la inmortalidad. Los que vigilan no mueren. La negligencia es el sendero de la muerte. Los negligentes son como si ya estuvieran muertos.

Me asomo y veo tu cuerpo entre las sábanas, siento tu respiración lenta. Todo está vivo.

No vas peor. Es que ahora tienes más luces para conocerte: ¡Evita hasta el más pequeño asomo de desánimo!

Quien buscase signo de que una divinidad irónica mueve sus dedos tras el gran juego del mundo, encontraría un apoyo no pequeño en el enorme signo de interrogación que se llama cristianismo.

Me resultó imposible no pensar que aquello era demasiado casual y tal vez el signo de algo que debía tener muy en cuenta y no sabiendo muy bien qué hacer, hice literatura.

Cuando he escrito poesía y aquello me aconteció desde mi remota infancia, con frecuencia olvidé, sin saberlo, a la razón lógica en el desván de las cosas inútiles y me entregué al estremecido oleaje de la palabra, tan sólo seducido por la sorpresa del hallazgo o deslumbrado por el destello de la invención.

El pensamiento es sólo un destello entre dos largas noches, pero ese destello lo es todo